BUENOS AIRES.- La presidenta Cristina Fernández continuará internada en el sanatorio Otamendi de esta ciudad por la infección intestinal que la aqueja desde el domingo último “con dieta especial, cumpliendo tratamiento sintomático y antibiótico”, pero no hay aún estimación sobre cuándo será dada de alta.
La Unidad Médica de la Presidencia emitió anoche un nuevo parte para informar sobre la salud de Cristina Kirchner, quien cursa su sexto día de internación en el sanatorio Otamendi. La escueta notificación confirmó que continuará en esa institución “para completar el tratamiento, con control evolutivo” contra el cuadro de sigmoiditis que le fue diagnosticado. El reporte indicó que la mandataria “presenta buena evolución clínica e imagenológica”. La comunicación está firmada por los doctores Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández..
Fernández de Kirchner está internada en esa clínica privada porteña desde el domingo por la tarde por un cuadro de sigmoiditis, una infección en el colon, llamado sigmoide, y en especial de los divertículos presentes en esa zona.
El parte médico más específico fue el conocido el miércoles pasado cuando se señaló que una vez dada el alta, la Presidenta deberá “mantener reposo” y no podrá realizar “desplazamientos” como “mínimo por 10 días”.
Terapia endovenosa
En diálogo con Radio 10, el cirujano Guillermo Capuya señaló que son varios días de internación y que la realidad es que la terapia endovenosa uno la puede realizar de manera ambulatoria. “Supongo que la estarán vigilando que no tenga trastornos y monitorizando el tema de la infección, que no es menor”, deslizó el especialista.
De esta manera, Cristina Fernández no asistirá a la Cumbre del G-20, el 15 y 16 de este mes en Brisbane, Australia. Contrariamente a ese parte, los conocidos el jueves, el viernes y ayer se limitan a repetir que se encuentra estable y que sigue el tratamiento con antibióticos y dieta especial, pero sin detalles sobre los estudios a los que es sometida ni sus resultados.
Cinco episodios este año
En lo que va de 2014, la Presidenta afrontó cinco problemas. Un episodio cada dos meses en promedio. Algunos provocados por el estrés, la sobreexigencia que le impone su actividad, y otros típicos de su edad. En enero le diagnosticaron una bursitis del trocánter izquierdo, lesión que afecta la cadera, una especie de inflamación que provoca mucho dolor. Había regresado de Cuba, país al que había asistido para la cumbre de la Celac.
Era su primera visita al exterior después de la intervención quirúrgica por un hematoma craneal. En julio de este año, una laringitis la obligó a reposar una semana y a postergar un viaje a Paraguay. Una faringitis, que en principio era leve y requería dos días de reposo, la dejó fuera de agenda durante cuatro días en octubre.
Hace una semana la internaron en el Otamendi por lo que en principio fue un cuadro “febril infeccioso”. Luego se descubrió que era una sigmoiditis (una inflamación en el colon), y que además había sufrido una bacteriemia, esto es, que la bacteria que le provocó la infección había pasado al torrente sanguíneo, algo poco frecuente.
Aún no hubo información sobre cuándo podría trasladarse a la Quinta de Olivos, pero la indicación implica que no pueda asistir a la cumbre de presidentes del G-20, a desarrollarse en Australia. La comitiva, dijeron fuentes oficiales, estará encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y también formará parte el canciller Héctor Timerman.
De su recuperación
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se refirió ayer a la salud de la Presidenta, y aseguró que “tenemos que acompañar su recuperación” y “redoblar los esfuerzos desde nuestras responsabilidades institucionales”.
“Los partes médicos son la información profesional concreta”, acotó el mandatario provincial y aspirante provincial, en una conferencia de prensa que ofreció en Bariloche, junto al titular del bloque del Frente para la Victoria en el Senado nacional, Miguel Angel Pichetto. (DyN/Infobae)